DANZA CONTEMPORÁNEA

La danza contemporánea surge como una vanguardia que reacciona ante las disciplinas clásicas, mezclando movimientos de expresión corporal del siglo XX y XXI. En sus inicios, los bailarines se sumergieron en la búsqueda de alternativas que rompieran con la rigidez del ballet clásico, ejecutándola descalzos y realizando movimientos que trascendían los límites establecidos.

La danza contemporánea puede definirse como un estilo que resulta de la fusión de otros, basados en el ballet clásico pero liberados de la rigurosidad de esta disciplina. A diferencia de la danza clásica, el baile contemporáneo adopta una expresión corporal más libre en cuanto a los movimientos.

Contar con una buena técnica es fundamental para ejecutar la danza moderna y contemporánea a un cierto nivel. Los bailarines de esta disciplina deben ser versátiles y capaces de improvisar.

Se trabaja con el peso del propio cuerpo, la gravedad, y la variación se centra en la pista de baile, en el suelo. La danza contemporánea se baila generalmente sin zapatillas, con los pies descalzos. El sello distintivo de esta disciplina radica en romper con las normas establecidas por la danza clásica y priorizar la historia que se transmite al espectador, así como la emoción en una explosión libre de movimientos. Para desarrollar estos aspectos, es necesario formarse en una escuela o academia especializada en ballet contemporáneo o danza moderna.

Otra característica definitoria de este estilo es que el intérprete se convierte en su propio coreógrafo, encargado de la creación y desarrollo de su lenguaje escénico, su expresión corporal y sus movimientos. En la danza contemporánea se integran influencias culturales de bailes de todo el mundo. Además, se pueden utilizar recursos visuales y multimedia para hacer del espectáculo una experiencia más global y atractiva.